La Parroquia San José y Santa María celebra una Misa por los feligreses fallecidos durante el último año
Hoy, 2 de noviembre, fiesta de Todos los fieles difuntos, rezamos por las santas almas que se encuentran en el Purgatorio, purificándose para entrar al Cielo.
En nuestra Parroquia San José y Santa María recordamos especialmente a todos aquellos vecinos, feligreses y miembros de nuestra comunidad parroquial que han fallecido durante el último año. Para ello, ofrecemos la Eucaristía de las 19.30 h por esta intención.
¿Cuál es el origen de esta fiesta de la Iglesia?
Desde sus primeros tiempos, la Iglesia recordaba en la Misa las almas de los que habían partido. Esto se hacía inscribiendo sus nombres sobre tablas. Esto es equiparable a lo que en todas las Misas de hoy en día es la oración por los fieles que han partido en Cristo, conocida como Memento Domine, así como la práctica de ofrecer misas por alguna persona en particular. La celebración de un día en especial para esta conmemoración comenzó en algunos monasterios en el siglo VI; y hacia el siglo X, la idea ya se había expandido a nivel diocesano con una fecha específica: 2 de noviembre, el día después de la Fiesta de Todos los Santos. Esta fecha fue adoptada ya en Roma en el siglo XIII.
¿Qué se hace el día de Todos los fieles difuntos?
Si bien no es un día de precepto, es buena idea ir a la Misa que se reza especialmente por todas las almas del Purgatorio. Además, deberían dedicarse algunos momentos del día para rezar por los seres queridos difuntos y por aquellos que no tienen quién rece por ellos.
Es también costumbre visitar las tumbas de los seres queridos fallecidos ese día, para rezar en el lugar donde se encuentran sus restos y dejar allí alguna muestra de afecto, como flores.
¿Cómo se gana la indulgencia de la fiesta de Todos los fieles difuntos?
Durante el mes de noviembre, la Iglesia ofrece la oportunidad a los católicos de obtener indulgencias plenarias por la Fiesta de Todos los Fieles Difuntos, con la esperanza de que se pague la culpa temporal completa de las almas del Purgatorio. El acto que debe cumplirse puede ser una visita a una iglesia el día de la fiesta y la oración por las santas almas –al menos un Credo y un Padrenuestro.
Para ganar la indulgencia se aplican las condiciones normales: ser católico, estar en estado de gracia mediante confesión antes o después, recibir la Eucaristía preferentemente ese día y rezar por las intenciones del Santo Padre.
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